Comprados esos tickets pasamos a una sala donde nos scanearon el equipaje. Había un puesto de información. Y luego fuimos a la zona de embarque. Desde ella partían unos singulares barcos con patines laterales. Cada 5-10min.
17Febrero. Boracay:
Es una isla de 7km largo por 1 de ancho (1000Ha) situada en el arhipiélago de las Visayas, al Norte de la isla de Panay de la que dista 2km.
Su más cercano y fácil acceso es desde Catitlan, de donde parten frecuentes barcas. Esta localidad tiene aeropuerto y muelle. Otro punto de acceso es Kalibo a 90min
La isla está dividida en 3 distritos: Yapang, Manoc-Manoc y Balabang. No presenta pueblos definidos sino que las casas están extendidas.
Destaca por sus playas: White beach es la más famosa y ocupa casi toda la franja Oeste. Turística, con cientos de locales y hoteles.
A la otra orilla Este se ubica Bulabog, paraiso de los kite surfers.
La paradisiaca Puka beach queda al Norte, intacta, tal y cómo era Boracay hace 10-15 años.
Es decir: que en un terreno de 7+1km se tiene desde zonas eminentemente turísticas a tramos virginales; poblados autóctonos con sus humildes casas de nipa a lujosos resorts.
Ahora que ya la visité os digo que, rotundamente, merece la pena venir. ¡Y eso que mi relación con ella al inicio fue nefasta!

La llegada la realizamos por el muelle situado en su extremo Sur. ¡Y ya nos indicó lo que nos íbamos a encontrar!:
Al frente había unos grandes carteles publicitarios, la gasolinera y una atareada explanada donde se apostaban los tricicles y otros medios de transporte. ¡Inapropiado para un lugar que se define como paraíso!
Pero a su lado se abría una de esas playas de fantasía: con agua traslúcida sobre la que se mecían numerosas barcas de patines, arena blanca, hilera de palmeras. Era
Manoc-Manoc beach. ¡Y eso es Boracay!: la unión de estos dos extremos.
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llegada a Boracay |
ALOJAMIENTO EN BORACAY:
En el puerto tomamos un tricicle (100p-2€) a WHITE BEACH, la más concurrida.
Tal que salimos del puerto, nos metió por la estrecha carretera principal que era infumable. Allí todo estaba desordenado y muy dejado. Llegué a preguntarme si sería mejor irse de allí…
White beach se dividía en 3 “estaciones”.
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WHITE BEACH |
Nos fuimos a primera linea y paseamos por un largo paseo marítimo que era de arena y estaba lleno de restaurantes, hoteles, terrazas. Una hilera de palmeras separaba la playa del paseo.
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paseo marítimo de white beach |
Fuimos mirando alojamientos. Algunos con nombres tan singulares como Salido´s hotel (eran unos bonitos bungalows abiertos a un tranquilo patio. 2700p) o Panolys hotel. La media es de 2000p para arriba. Sólo Alicia hotel bajaba el listón a 1500p.
White beach divers hostel el único de 550p la doble estaba lleno. A 50m TREE HOUSE, en dorm de 8 a 300p pp (6€). La doble eran 1200p. Fan, baño, en tranquilo jardin, porche, con restaurante sobre árbol y situado en primera línea.
Ya instalados dimos un nuevo paseo y descubrimos un ambiente distendido, relajado. En las diversas terrazas había músicos y diversos espectáculos. Y restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Cenamos y acabamos el día con unos mojitos en una terraza sobre la misma playa.
18Feb-Recorriendo Boracay
De inicio volvimos a recorrer el paseo maritimo de White beach. A la mañana lo descubrimos completamente distinto. Y sí, es de postal. Siempre y cuando nos abstrajésemos de mirar al lado que está construido. Y aún así éste no era feo, no había edificios mamotretos, la altura máxima era de 2 pisos, las terrazas sy restaurantes eran turísticos pero tranquilos.
Nuestra parte, la del hotel Tree House, era la mejor pues ocupa el extremo, más despejado. Luego todo es una sucesión de locales.
En la estación 2 salimos a la carretera principal (nos siguió pareciendo horrible) por Regency Lagoon hotel y justo enfrente tomamos el camino en cuesta a Sun Villas. En un determinado punto pasó a senda y allí ya palpamos la otra realidad de Boracay: una aldea muy, muy humilde, de sencillas casas, que chocaba enormemente con el mundo de esos resorts.
En 10min arribamos a la otra cara de la isla ocupada por
BULABOG BEACH. Fantástica, con su cielo surcado por las centenares de cometas de los kitesurfers, y el mar con todo tipo de tonos azules.
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Bulabog beach y sus cometas |
Desayunamos allí de picnic mientras observamos a esos surfers.
Esta playa no era tan turística como White beach. En su orilla había unos cuantos rudimentarios locales dedicados a ese kitesurf y unos pocos resorts.
La recorrimos de un extremo a otro para salir de ella por la cuesta que nos subió al MONTE LUHO (15min) donde había un mirador con vistas portentosas a White y Bulabog Beach (entrada- 120p).
El monte estaba ocupado por chalets y apartamentos de clase alta. Descendimos por la otra cara (no tenía pérdida, sólo había ese camino) y aquí se nos ofreció una vista soberbia con
2 playas vírgenes en lontananza: Lapuz Lapuz beach (dividida en dos) y Llig Lligan.
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Lapuz Lapuz beach y llig Lligan |
La idea era bañarnos allí pero continuamos el descenso por la carretera y nos encontramos que su acceso estaba restringido. Un gran resort poseía su uso exclusivo, y un segundo camino de entrada lo usaban los jeep-safari y un guarda impedía pasar.
Si quisieras acceder, a media bajada, tras Bella vista hotel, partía un sendero sin indicación y nada evidente. Nosotros no lo vimos.
Pero no hay mal que por bien no venga. Volvimos a atravesar la isla de parte a parte, (sólo son 15min). Hasta la recóndita DINIWID BEACH. Igualmente una playa increíble. Recogida, con el agua traslúcida y la arena finísima. Su parte dcha, entre un pasadizo de piedra, te lleva a la WEST COVE (entrada 100p).
A la izda descubrimos una segunda playita sin construcción alguna y una pasarela de piedra en su extremo que conducía a una abertura en el acantilado donde se hallaba una estatua de la virgen.
Doblando el recodo de ese acantilado se llega al extremo de White beach (estación 1). Desde este punto la vista era otra estampa de postal
En esa playa de Diniwid nos dimos el baño y en su calle de salida comimos en puesto popular de cacerolas. Un potaje con cangrejo, pollo y ensalada de pasta-210p (2€pp)
Regresamos a la carretera principal y tomamos un tricicle compartido (lo llaman “regular”). Continuamente van y vienen por la carretera principal. Si lo contratas para tu uso exclusivo son 150p-3€; si lo tomas «regular», es decir, compartido con más gente-20p-0´3€ trayecto. ¡No ya el precio, es lo divertido que es tomar el regular! Tú piensas que no pueden ser muchos los que se suban en una moto con un sidecar. ¡Pues llegamos a ver hasta con 12 personas!, si se ha de ir en el frágil techo se va. En nuestro caso lo máximo fue con 5 personas más.
Nos apeamos en el extremo de la isla: en
PUKA BEACH.
De quitar el aliento.
Fabulosa.
Magnifica.
De cuento.

Sus unicas construcciones eran 2 chiringos rudimentarios en cada uno de sus extremos, allí nos tomamos una San miguel (60p) para luego alternar baños y tumbarnos a la bartola.
Definitivamente Boracay ya nos ha ganado.
Al aproximarse el atardecer volvimos a tomar un tricicle público parándonos en el desvío a BALING HAI BEACH, (La de Panolys resort). Allí volvimos a encontrarnos ¡¡CON LA OTRA CARA DE BOROCAY!!: El camino asfaltado nos llevó a una barrera donde un guarda nos dijo que el paso era privado. Si queríamos pasar ¡habíamos de pagar 500p!, (10€) eso sí, incluía consumición en el hotel que allí había.
dimos media vuelta y descubrimos una cercana trocha que descendía en esa dirección. La tomamos. Y entramos en unos poblados ubicados entre el bosque con precarias casas de paredes de cañizo y techos de chapa.
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la otra cara de Boracay |
La gente fue encantadora. Charlamos con unos y otros. Cuando les dijimos que nos encaminabamos a la playa enseguida nos endosaron tres chavalines (Nelson, Michael y Mauricio) que nos acompañaron por entre una maraña de caminitos
Al llegar al hotel descubrimos que se estaba construyendo uno nuevo. Nos salió otro guarda y nos expuso lo mismo que el de la barrera: que no podíamos ir más allá salvo abonando esos 500p. De muy buenas maneras, eso sí.
Pues nada, regresamos con los crios y, de nuevo en la casa familiar, charlamos con el padre: Jonás. Le pregunté si para ellos, la gente local, el acceso a esa playa también estaba prohibido y respondió con tristeza que por tierra sí. ¡Les han ido esquilmando su isla!
¡Cosas del progreso! Los resorts van ocupando los sitios privilegiados y la gente local se va quedando sin su isla. De acuerdo que les dan trabajo con su construcción y luego como personal, pero a unos pocos ¡y con qué salarios! El dinero grande se queda en las multinacionales de ese resort. En este caso quien está detrás es un magnate filipino.
Jonás continuó contándome, con esa nostalgia, historias pasadas. Y el tremendo cambio habido en escasos años. No sabía definirse si para bien o para mal.
Nos despedimos y en la carretera tomamos otro tricicle “regular” hasta el MALL de la estación 2 de White beach. con sus restaurantes y locales (uno de ellos es Olé, tiene paella a 770p, si eso era paella…)
Vimos nuestro segundo atardecer en Boracay. En technicolor. ¡Otro de los grandes reclamos de la isla! fue sublime, con la silueta de los catamaranes recortándose entre un rojo encendido.
Regresamos a pie por el paseo marítimo y nos dimos un homenaje en uno de los buffets. Elegimos el de Parisien. 380p-7€pp. Comenzamos con media docena de ostras, seguimos con otra media docena de ostras, gambas, cangrejo, mejillones, platos locales, grill y barbacoa, pollo, atún… Todo ello en una terraza sobre la arena, a 20m del mar.
Regresamos al hotel parándonos para ver las diversas actuaciones: músicos, danzas de fuego…
Nota: Sería buena idea realizar una excursión en barco rodeando la isla, o incluso realizar el tour con los jeeps-safari