Entramos en el DESIERTO DE WEYTO. ¡¿Qué desierto?!
¡Aquello seguía con su verdor! Aunque el aire era caliente. El sol apretaba. 

¡EL SUR DE ETIOPIA ES VERDE!

Atravesamos EL RIO
WEYTO. 

HABÍA QUE LLEVAR UN PERMISO QUE SE OBTENÍA EN ADIS ABEBA,
KARAT KONSO O JINKA. 

14.30h, TRAS 75km DESDE
KARAT, llegamos a la localidad de WEYTO:

4 casas
dispersas, en un secarral. 
Comimos en el WEYTO LODGE. Un quiosco donde los viajeros se detenían en el camino al Omo. 

Weyto lodge

Las gentes de Weyto la
mayoría eran de la etnia TSEMAI

Son Unos 5000 individuos,
asentados sobre todo en las orillas del rio Weyto. (También les vimos en el mercado de los jueves de Key Afer)

Su economía era de subsistencia. Ganado y agricultura,
principalmente maíz y sorgo

Se distribuían
en clanes familiares y grupos generacionales. 

Les gustaba llevar diademas, grandes collares, bandas de conchas y unos cascos hechos con media calabaza que pintaban y adornaban. 

tsmais

A 16´30h llegamos a KEY AFER, un pueblito de tan solo dos calles, en cruz.

 SAMI PENSION, con su patio, amplias habitaciones con baño, tipo bungalows. 6€pp

Allí había una mezcolanza de etnias. Benas, hamers, aris, tsmais…

LOS ARI eran
los más numerosos en esta zona. Unos 100000. Agricultores (café, enset) y
ganaderos. Pocos portaban ya el gori, su vestido tradicional hecho con las hojas
de enset y otras plantas. Casi todos a la occidental.

Cenamos en una terraza
frente al hotel. 

Aunque principalmente les
veríamos en Turmi, (incluso asistiríamos a su fiesta), desde que nos habíamos
adentrado en el Omo les estábamos viendo continuamente.

Inconfundibles ellos con
su faldita minúscula, el torso desnudo o con una camiseta. Sus cabellos
embadurnados de arcilla roja, rapados de frente hasta media cabeza. Porte
altivo, fibrados, la cabeza siempre alta, y la espalda siempre recta. Esto les
daba un aire elegante, majestuoso.

Les gusta presumir de
abalorios y por eso portaban vistosos collares de bisutería, brazaletes, una diadema, muchos
rematada con una flor, y lo que debía ser estar a la ultima moda para ellos:  horquillas de colores chillones.

Si llevaban un moño era porque habían matado en ese año a una fiera, o a una persona. (¡Y vimos muchos con
ese moño!)

Las mujeres con sus
cabellos igualmente tintados de arcilla. Amplia
falda, en su caso llegándole hasta los gemelos. Camiseta. E igualmente les encantaban los
adornos: brazaletes, ajorcas, collares de llamativas cuentas.

Ambos géneros también les gustaba la
escarificación, curando los cortes con ceniza o carbón.

Eran eminentemente
pastores. El tamaño de su ganado es lo que les daba status. Aunque la agricultura
también les era fundamental.

Estrechamente unidos con
LOS BENA, hablaban una lengua similar, omotica, y era habitual los matrimonios
entre ambas etnias.

Sus poblados eran pequeños,
de una decena de chozas de adobe, troncos y hojas de enset, donde habitaban unas
cuantas familias

Su fiesta más conocida era EL SALTO DEL TORO. El novio, para poder casarse había de caminar desnudo sobre el lomo de varios bueyes. Si se caía habría de esperar al año siguiente para tener otra oportunidad.
Esa fiesta iba acompañada de cantos, bailes, banquete, durante 2-3dias.

Similares a los hamers. De
hecho solían emparejarse y cruzar sus sangres. Parecida lengua omotica. Poblados
pequeños, de una decena de chozas. También realizaban el salto del toro.

Con sus casas del tipo
tukul: redondas, de adobe y techo de paja, a cuyo alrededor había distintos
espacios techados para las labores.

En uno de ellos la madre
estaba elaborando la injera amasando el teff.

El padre se hallaba arando con una pareja de bueyes.

Dentro de esa choza lo
único que había era unas esteras sobre el suelo y unos bidones para almacenar ropas y
comida. Nada más. 

techo

En una de esas chozas comunitarias guardaban grandes bidones de agua. 

Allá sólo estaban mujeres
y críos. Nos
sentaron en el suelo en el centro de ese poblado y ofrecieron en una
calabaza la cerveza local: TELA. 

“¡Y tela era beber aquello!” Todos
compartían la misma calabaza, que se iba pasando de uno a otro. 

 

Al principio se notaba un sabor agrio, luego
sabía mejor. No pasamos de un par de sorbos. Samson sí, ¡y pagó las
consecuencias un par de días! … ¡Y eso que él era el autóctono!

Igualmente potente en cuanto a sensaciones. Pasamos la mañana allí.
Benas, hamers, tsemais, aris…

Las mujeres bena se desinhibieron y comenzaron a tocarnos nuestros «extraños» pelos de los brazos o a hacer trenzas a las
chicas.

¡Porque si nosotros
estábamos fascinados de sus peinados, ellas otro
tanto con los nuestros, por lo lacios!

 

Seguimos otros 20km hasta JINKA, llegando a las 13h

La capital administrativa
del Omo Sur. Poseía banco, gasolineras, hoteles. El museo antropologico. Su mercado ras diario, aunque el grande se celebraba el sábado.

En el centro estaba LA
ESTACION DE BUSES, (buenas comunicaciones), la sempiterna rotonda, y en
paralelo a ella varias calles  agradables
de pasear, con muchas tiendas locales, 

Habitaciones, amplias, cama grande, con mosquitera, baño. Tranquilidad. 6€pp

Tomamos dos tut tuts hasta
el MUSEO ETNOGRAFICO-30Birr por tut
tut

El museo era una bonita
casa colonial sita en lo alto de un teso, con buenas vistas a la
ciudad.

Entrada 100Birr-4€

museo etnografico

En dos salas se explicaba someramente las costumbres de esas tribus, y se exponían objetos,
vestimentas, adornos… 

En una tercera que
funcionaba como auditorio nos pusieron un video.