L-23-Nov: EN LA ROCA DEL LEÓN
SIGIRIYA es el destino estrella de Sri Lanka.
Aposentada sobre una planicie se yergue esta mole de piedra en cuya cima está el palacio del rey Kassapa (477-495 dc) (otras teorias dicen que fue monasterio)
Vivió en el Siglo V, renegó de la capitalidad de Anuradhapura y se instaló en Sigiriya. Había arrebatado el reinado a su padre, al que emparedó vivo, y expulsado a su hermano Mogallana, quien salvó la vida escapando a India. Previendo que pudiera regresar y clamara venganza Kassapa ideó un lugar perfecto para protegerse, inexpugnable. Así, alzó su palacio sobre la roca del león. Y efectivamente, Mogallana volvió, y lo hizo con un gran ejército. Acorralado, Kassapa para no ser capturado se clavó su espada.
La capitalidad fue devuelta a Anuradhapura y Sigiriya pasó a ser monasterio para luego, en el siglo XIV, ser olvidada. ¡Y así permaneció hasta 1898!
Estamos en Polonnaruwa
Tomamos una furgo-taxi para hacer el trayecto a Sigiriya.
A 7´30h nos recogió el chófer NUA: Tf-0071304071
55km (42km hasta Habarana y 13km a Sigiriya). Carretera despejada, buena. Llegamos a 8´30h.
Sigiriya era un desperdigado pueblo de unos mil habitantes.
Su interés se centraba en sus alrededores, con bucólicos paseos entre sus arrozales y lagos, y, sobre todo, sus dos «rocas»:
-la más famosa era la del león,
-y la menos conocida es Pindurangala
(A ambas ascendimos)
Entre el pueblo y la roca había 3km, por una carretera principal salpicada de las casas de los lugareños, diversos alojamientos, talleres, tiendas…
ALOJAMIENTO:
Sisira natural lodge–7´7€pp desayuno incluido y bebida de bienvenida.
Habitaciones en unos “bungalows” entre la selva. Con su porche, en un entorno de lo más tranquilo, boscoso.
Grandes cuartos y camas, baño privado sencillo, mosquitera, fan.
Quedaba a 2´5km de la roca, desviándose de la carretera principal 200m.
Ya instalados, nos trasladamos en tut tut-200Rp hasta LA ROCA DEL LEON Eso significa Sigiriya. (Otra posibilidad era hacerlo en unas carretas tiradas por bueyes)
A las 9´30h estabamos en su ENTRADA: 4200Rp-30$
Al lado de la taquilla se hallaba EL MUSEO, en un edificio de diseño. en él se exponía la historia de la roca, diversos objetos y maquetas, y una réplica a escala real de la galería de las doncellas.
Pasamos el FOSO y seguimos por LOS JARDINES REALES, distribuidos en simetría, con diversos estanques y terrazas, y como telón de fondo esa roca.
Y comenzamos ¡LA SUBIDA!
Tras un primer tramo de escalinata que nos permitió alcanzar media altura de esa roca, desembocamos en su extremo derecho, desde ahí atravesamos una pasarela de hierro, colgante, y tras ella ascendimos por una escalera de caracol en cuyo final vimos la GALERÍA DE LAS DONCELLAS, un pasadizo excavado en la roca de unos 100m de longitud.
En sus paredes estaban esos famosos frescos de retratos de doncellas.
Sus rasgos eran de diversas etnias: cingalesas, africanas, mongolas…
Tras esta galería se descendía unos metros y se seguía avanzando longitudinalmente y a media altura de la roca, por un paso protegido por una pared de color ocre.
ERA LA PARED DEL ESPEJO, llamada así por estar cubierta de un barniz brillante.
Sobre él los viajeros a lo largo de siglos dejaron su firma.
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la pared del espejo
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A la salida de la pared del espejo, ya en el extremo izdo, afrontamos un nuevo tramo de escaleras que nos dejó en la explanada donde se hallaban LAS GARRAS DEL LEÓN. Enormes, una a cada lado de la escalera que continuaba entre ellas.
Esas garras eran lo único que quedaba de una entrada que era toda entera la figura de un león.
El objetivo era intimidar a los asaltantes, y también representar que las palabras de Buda eran tan poderosas como el rugido de un león.
Iniciamos esa última subida entre aquellas garras.
Un tramo muy aéreo, con escaleras metálicas y pasarelas clavadas a la roca, pero la seguridad era alta.
En la roca vimos tallados los antiguos escalones, precarios, colgados del abismo ¡Cómo podían ascender por ahí!
Y ya llegamos a la cúspide, una meseta donde se ubicaban las ruinas del palacio de Kassapa (sólo quedaba su plataforma), estanques, el trono del rey... y ¡qué vistas!
Paseamos por aquella meseta. Sobrecogidos. Imaginando los palacios que allí hubo.
De nuevo en la parte inferior visitamos la sala de audiencias, situada en un paraje de selva, con sus monos, palmeras… Era una gran base de piedra con un asiento-trono.
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sala audiencias |
A su lado la cueva de meditacion, (una pequeña oquedad con otro de esos asientos de piedra) y la cueva de la cobra (porque su techo era como la capucha de esta serpiente).
A la salida tomamos tut tut hasta VIEW SIGIRI RESTAURANTE, una acogedora chocita en mitad del campo. Sita a orillas de la carretera principal, a 500m de la roca. Tenían un buffet muy rico y variado a 500Rp-3€
La tarde se la dedicamos a la 2ª roca: PINDURAGALA. Mucho menos visitada y más complicada de ascender.
A un par de km de la roca del león. Fuimos hasta su base en el jeep del dueño del restaurante.
En su caso el ascenso no estaba nada preparado, se hacía por escalones entre la selva, de distinta altura, sorteando el fuerte desnivel. Y la parte final fue casi de escalada por las grandes moles de roca.
Al inicio había un templo donde se obtienía la entrada-500Rp-3€.
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templo en la base de Pindurangala
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Tras un breve ascenso vimos un 2º santuario con un gran Buda recostado en su interior,
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Buda recostado en el 2ª templo
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Y ya parriba. ¡Y más parriba!
Una gran sorpresa la descubrimos a media altura, en el saliente de la roca había otro de esos Budas recostados.
A partir de aqui la subida se complicaba, con pasos entre las rocas delicados, (medianamente complicados)
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paso entre rocas
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La recompensa fue una cima con unas vistas geniales a la roca del león. Allí no había ruinas de palacios, sólo la vegetación, la soledad, el lugar era magnífico.
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vistas a la roca del leon |
Una vez abajo para regresar habíamos de hacer a pie los 2km hasta la roca del león y allí encontrar transporte. (A no ser hubieras acordado una hora para que te recogieran)
Tuvimos la suerte de coincidir con Robert que cada día a la tarde iba a recoger agua de la fuente del templo, y nos llevó en su furgo. Nos dejó en el centro de la localidad, en el lugar donde se realizaban los safaris de elefantes que, una vez acabada la jornada, eran bañados en el río.
EL BAÑO DE ELEFANTES:
Alli teníamos a esos mastodontes dejándose lavar dócilmente por el mathout (cuidador)
Tras el doble ascenso nos habíamos ganado unos zumos y cervezas, y los tomamos en la acogedora terraza Ahinsa a 200m de ese río.
La cena la hicimos en nuestro alojamiento preparada por nuestros anfitriones: unas sopas, unos kottu vegetales, noodles y helado de vainilla (3€pp)
Al dia siguiente: De Sigiriya nos fuimos a las cuevas templo de Dambulla